EL TERCER OJO

 



e l    t e r c e r    o j o

OJO DERECHO: En esta imagen que conforma el corpus del trabajo  IMPERMANENCIAS,ante todo y en principio vemos a una pared. Es lo que ocupa la mayor parte del cuadro y por lo tanto lo que primero salta a la vista. Esta pared se complementa luego con la vereda, ocupando toda una franja horizontal. La concatenación de esos dos elementos nos hace entender que está pared sobre la vereda, por lo que concluimos que se trata de la fachada de una construcción indeterminada. (Es la fachada que tengo directamente en frente a mi casa y a la que veo todos los días desde la terraza) En el sector superior , vemos una proeminencia: un balcón. En los extremos superiores izquierdo y derecho, ramas de árboles. 

Esa morfología de ramas también se encuentran en el piso: se tratan de las sombras, generadas por la luz solar, de esos árboles sobre el piso. Esta imagen está repleta de sombras: de ramas finas, como en la parte central del piso. Sombras de hojas más largas en el sector derecho. Estas últimas se mezclan con las sombras generadas por los balcones de fuera de cuadro, que ocupan gran parte del muro principal, generando un recorte principal de luz, con una forma parecida a un triángulo. En este recorte de incidencia de luz, también se proyectan sombras: las de las hojas del árbol que está a la izquierda.

Esta composición se complementa con la silueta que cobra mayor protagonismo: la sombra de un cuerpo humano proyectada sobre el piso. No se ve el sujeto en si; apenas el contorno que dibuja el sol.

Toda esta composición de objetos, siluetas, luces, sombras y mucho contraste, se evidencia de manera tan clara dado el carácter subexpuesto de la imagen. Con un diafragma muy cerrado, la exposición ha sido realizada "para las luces", más que para las sombras, de modo que el detalle de estas últimas se pierde casi que completamente, apuntando casi al negro absluto. Eso es lo que genera estas líneas y sombras tan marcadas. La elección del blanco y negro equaliza esta composición, restando el color como parámetro diferenciador, y nivelando todas las luces entre si, lo mismo para las sombras.

 


OJO DERECHO:
Hay algo relacionado a las sombras y a las siluetas que le da un aire sensible a las imágenes. Quizás tenga que ver con el hecho de que necesariamente perdés alguna información (en la mayoría de los casos de las sombras, y acá no fue distinto), pero no toda la información. En algun punto, es posible entender qué cosas están en cuadro. Se pierde cierta información, pero los contornos, las proporciones están ahí, en el caso de las sombras. En las zonas de luz, se pierde menos: tenemos las texturas, los detalles. Quizás por eso las siluetas generen una especie de nostalgia ajena, parece que ya no hay algo ahí, pero de alguna forma algo sigue habiendo. Además, es una manera de mirar distinta a como lo hacen nuestros ojos, que compensan la subexposición sin preguntarnos primero. Entonces la posibilidad de sub-exponer, dejar entrar un poco menos de luz, puede develar su potencial. Otorgar un aire fresco a algo tan banal como la fachada que tengo en frente a mi casa. Eso que está siempre ahí, que siempre lo veo pero nunca lo miro. Además, algo que me encanta es que se podría decir que, en algun punto, la composición es caótica en algun sentido: un emarañado raro de texturas, luces y sombras. Sin embargo, de alguna forma esas texturas, luces y sombras se organizaron en algo parecido a un sistema, de forma natural. Un poco eso refleja la capacidad que tiene el sol, y mas que nada la luz, de rediseñar una superfície, a veces hacerla bella, insuflarle vida, profundizar lo plano. Y eso me parece hermoso. También me parece hermoso lo efímero que es todo esto: del instante de la foto, si se pasan 10 minutos, el diseño de la luz habría cambiado; 10 segundos después, el sujeto ya habría caminado hasta la esquina y no hubiese completado la composición con su silueta. 10 horas después, ya no habría luz, ni gente. 

EL TERCER OJO:
Los formalistas rusos designaron la palabra ostranénie (остранение) para referirse a aquellos modos de proceder en el lenguaje literario que tienen como fin dar una nueva perspectiva de la habitual visión de la realidad al presentarla en contextos diversos a los acostumbrados o al representarla de un modo en el cual se nota que la representación es una ficción. En síntesis, ostranénie es el procedimiento de extrañamiento de lo habitual, de lo conocido. 

Un poco de eso se trata la búsqueda en este caso. Una fachada, tan plana como puede ser. Algo de vereda, unos árboles, una persona. Fin. En realidad no: en realidad no hay ninguna persona en plano, lo que hay es sólo la sombra de una persona. Una silueta. Es una ausencia en presencia. Como es posible que alguien esté ausente en presencia? 

Muchas sombras: muchas más de las que vemos en el día a día. Nuestro ojo no nos permite. Hay todo un sector ocupado casi enteramente de sombras, de negro, de oscuridad. Un personaje camina hacia esa oscuridad.

No, es un poco mas extraño que eso; la sombra de un personaje, una ausencia absolutamente presente, camina hacia la oscuridad. A la vez, esa misma presencia (o casi), es también sombra. Por lo tanto, es también oscuridad. Qué pasará cuando termine esa caminata?  Quizás su caminar hacia la oscuridad no sea más que un encuentro con aquello que lo conforma. Son ambos sombra; todo es sombra. Representaciones de algo, dibujos, contornos de algo. Algo que no se ve, y que se desconoce. Fuera de cuadro se intuye la presencia de un ser humano real. Sin embargo absolutamente nada la puede comprobar. No se puede distinguir muy bien lo que es real de lo que es sombra. Todo convive y coexiste en ese espacio, una fachada. Tan solo una fachada gris. Pero no pareciera ser así. Hay algo extraño, algo que no coincide con lo habitual. Ostranénie.
    




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